Última actualización el 17 de junio de 2024
La acuicultura se tiene que desarrollar, con todas las garantías y seguridad, en otras zonas más adecuadas.
Lanzarote, 06/04/21- El sector empresarial de Lanzarote se opone al desarrollo de la acuicultura en las zonas turísticas de la isla. El riesgo que implica instalar jaulas marinas frente a los núcleos turísticos pone en peligro la actividad económica de muchas empresas y autónomos por el impacto visual y la degradación de la calidad del agua.
Existen otras áreas en la isla donde puede desarrollarse esta actividad, considerada como una oportunidad para la diversificación económica, sin la necesidad de atacar una industria que funciona, el Turismo.
Trece playas, de las que cinco tienen bandera azul, se verían afectadas por la instalación de jaulas para la explotación animal intensiva.
La Federación Turística de Lanzarote, Asolan y la Cámara de Comercio de Lanzarote y La Graciosa, ya presentaron alegaciones a la aprobación provisional del Plan Regional de Ordenación de la Acuicultura en el año 2014, que fueron desestimadas por el Gobierno de Canarias al no considerar que existiera impacto de una actividad sobre la otra. Hoy, siete años después, se hace evidente la incompatibilidad.
La economía azul es, junto a la economía verde, un eje nuclear para la tan deseada diversificación económica. Sin embargo, no a cualquier precio. Instalar criaderos animales frente a las mejores playas supone un atentado al sentido común, al medioambiente y a una economía maltrecha por el COVID-19. Las zonas señaladas para esta actividad se sitúan precisamente entre La Bufona y El Barranquillo. Trece playas perjudicadas en este tramo, de las que cinco cuentan con una bandera azul que perderían en poco tiempo: Playa del Reducto, Matagorda, Pocillos, Playa Grande y La Barrilla.
La acuicultura genera residuos que hay que saber compensar
Según el informe “Impacto de la Acuicultura en el sector turístico de Tenerife”, la acuicultura se nos ha presentado como una industria limpia, pero en sus jaulas se producen vertidos de productos residuales propios de una explotación animal intensiva. La presencia de microorganismos, en ocasiones patógenos tales como bacterias y parásitos, pueden provocar infecciones dañinas para los propios animales y cuanto les rodea.
Tanto la Cámara de Comercio como la Federación Turística de Lanzarote y Asolan, defienden el desarrollo de actividades vinculadas a la economía azul y apuntan a que su desarrollo se realice en otras zonas menos sensibles y de forma controlada. Espacios ya existentes que han demostrado ser adecuados para esta labor. Por todo ello, el sector empresarial ha presentado un Recurso Potestativo de Reposición a la orden de 11 de febrero de 2021 publicada en el BOC del 1 de marzo para que se reconsidere la decisión que declara la ZIA LZ-2 dentro del Plan Regional de Ordenación de la Acuicultura de Canarias (PROAC).